La primera vez que lo vi en la gran pantalla del cine; lloré, era como verme al espejo.
Ok, mi sueño imposible es ser modelo profesional, desde los trece años supe que quería hacerlo y le plantee la opción a mi mamá, ella muy linda me dijo que ni en sueños lo haría, que ni siquiera tenía la figura de una super modelo, que era muy peligroso y que ni siquiera lo pensará otra vez esa noche llore y llore y llore. Mis sueños fueron aplastados y triturados. Yo sabía que era buena en el modelaje, ya había hecho una pasarela anteriormente y me gustaban las fotografías, realmente me gustaba. Pero bueno, al ser frenada por la única persona que me importaba en ese momento, mis ilusiones se fueron por el caño y dude de mis habilidades por el resto de los seis meses siguientes.
Mis padres fueron de: "sí, estudia lo que quieras, nosotros siempre te apoyaremos", claramente solo me apoyarían si eran en parte alguno de sus sueños. Gracias a dios existía Instagram y mis padres no conocían tanto de la plataforma. Ahí subía contenido y a la gente le agradaba, me ponían comentarios muy alentadores y la verdad seguí haciendo, pero más como una afición y nada profesional.
Ahora bien, al cumplir los 18, yo no tenía la menor idea de que estudiar, lo único que sabía era que quería ser millonaria, que me gustaba mucho la fotografía y los deportes, pero no hay muchos títulos con ese perfil millonarios. Por lo tanto, seleccione algo seguro “Negocios” en el Tec de Monterrey. Honestamente, no me arrepiento, me gusta mucho la universidad y todo lo que ha pasado desde entonces no lo cambiaría.
Sin embargo, le di mucho batallar a mis papás, puesto que ellos no fueron educados con un chip de “vamos a arriesgarnos”, no, por supuesto que no, lo de ellos era “vamos a lo seguro”. Como tenemos distintas mentalidades, eso abría a muchas discusiones y castigos (JAJAJA). Pero al mismo tiempo, aprendí a escucharlos, empatizar y cambiar mis maneras de expresar lo que quería. Eso hizo que nuestra relación creciera más y más.
Hasta ahora, he hecho muchas cosas poco seguras; como mudarme a otra ciudad, publicar un libro y tener mi propia página web, tal vez para algunos sea muy poca cosa, pero al menos para mis papás que la hija más chica se haya ido de casa ha sido todo un reto.
Ya no me siento tan chica como antes; conforme voy creciendo, aprendí que:
Ahora son más de 500 personas que adquieren él
libro y aprenden a estar solos